
Dead fish on a tropical beach surrounded by washed up garbage including bottles and plastic bags.
Un tema muy relevante y con temas muy interesantes es la contaminación oceánica ,el impacto de los microplásticos en la cadena alimentaria marina y la salud humana.
La negligencia actual en la gestión de residuos plásticos está creando una crisis silenciosa de salud pública a través de la bioacumulación de microplásticos, lo que requiere una intervención regulatoria urgente y global, más allá de las iniciativas de limpieza superficial.
Los microplásticos (partículas menores a 5 mm) son el contaminante más Común . Se encuentran desde las fosas oceánicas más profundas hasta el hielo ártico. No son solo residuos grandes; son partículas que se desintegran constantemente.Estudios han demostrado que prácticamente todas las especies marinas mostradas, desde el zooplancton hasta las ballenas, han ingerido microplásticos.
Riesgo de bioacumulación y biomagnificación: Cuando el zooplancton ingiere microplásticos, estos pasan a los peces pequeños, luego a los peces grandes, y finalmente a los humanos (especialmente si consumimos pescados y mariscos enteros). Esto se llama biomagnificación: la concentración del contaminante aumenta a medida que asciende en la cadena trófica. Los microplásticos actúan como “esponjas” para toxinas persistentes (como los PCB y pesticidas). Al ingerirlos, el organismo no solo recibe el plástico, sino también las toxinas que este ha absorbido del agua.
La presencia de microplásticos en la sal de mesa, el agua potable (botellada y del grifo) y el aire sugiere que la exposición humana es constante. Aunque los efectos a largo plazo aún se investigan, la presencia de estas partículas en tejidos humanos y heces es una señal de alarma. Investigaciones recientes han encontrado microplásticos en la placenta humana y en la sangre, lo que plantea preocupaciones sobre su potencial para causar inflamación o alterar sistemas endocrinos.
Las soluciones actuales, como las campañas de recolección en playas o los esfuerzos de reciclaje, son insuficientes porque no abordan el origen: la producción masiva de plásticos de un solo uso y la falta de infraestructura global para su gestión. Se estima que solo una fracción mínima del plástico producido anualmente es efectivamente reciclado o recuperado del medio ambiente. Se necesita una regulación estricta sobre la producción de polímeros y el diseño de productos.La conclusión es que el problema del microplástico ya no es solo ecológico, sino una amenaza directa a nuestra propia salud que requiere una acción regulatoria firme, similar a cómo se abordaron otros contaminantes tóxicos en el pasado.