
Hoy se celebra el Día de los Derechos de los Estudiantes Secundarios.
Un efemérides que se ganó con sangre de jóvenes como ustedes.
Les comparto debajo un escrito que he elevado recientemente a las autoridades correspondientes para ratificar derechos que ustedes ya tienen ganados pero que es necesario recordarlos de tanto en tanto.
Por otro lado, como digo en mi escrito, recordemos que con cualquier derecho también vienen obligaciones.
Les deseo una hermosa semana de celebración de la primavera, pero no olvidemos que en una fecha como esta, jóvenes de nuestro país en escuelas secundarias, no hace muchos años, fueron desaparecidos, torturados y asesinados. Este es el Nunca Más que debemos clamar desde el fondo de nuestras entrañas.
La película La Noche de los Lápices es un documento de tal lucha y de las vicisitudes atravesadas en esa época, la cual muchos de nosotros fuimos testigos presenciales y es en honor a esos estudiantes, su lucha y sus familias que recordamos este día.
Espero puedan tomarse unos momentos para leer las palabras que con mucho cariño y preocupación he escrito. Sepan que hay muchas personas, como madres, padres, docentes y autoridades que quieren que aprovechen la escuela secundaria no solo como una experiencia informativa sino también como un pasaje formativo en sus vidas. Muchos deseamos que se formen como personas instruidas, libres, independientes, críticos y amorosos para así poder darle cara con mayor fortaleza a los desafíos no solo académicos, sino también los económicos, políticos y emocionales que puedan enfrentar en el futuro.
En nuestra institución son muy pocas las personas que se ensañan en perpetuar acciones que oprimen la simple libertad de la apariencia e incluso de la expresión. Tenemos la bendición que ni las autoridades de nuestra escuela, ni las ministeriales abalan tal postura, muy por el contrario. Sin embargo, las secuelas del autoritarismo siguen vivas en nuestra sociedad. Esta carta se las comparto, en especial en este día, para darnos aliento mutuo y saber que nuestro camino ha sido allanado de antemano por otros y que depende de nosotros el mantenernos firmes a la hora de proteger nuestros derechos, por pequeños que sean.

Las palabras que comparto a continuación tienen relación a un mensaje que ha estado circulando entre los padres enviado por un preceptor de la escuela. Dicho mensaje despertó la preocupación de padres y chicos. La madre de unos alumnos, ni bien recibió el mensaje se acercó a mí escribiéndome. Copio ambos mensajes debajo y mis reflexiones al respecto:
Buenas tardes señores papás a partir de mañana se va a comenzar a controlar la presentación de los alumnos:
Chaquetas en general.
Los varones pelo corto sin aros, pelo no teñido, sin piercing.
Las niñas tomado el cabello, sin pintura en su rostro, uñas cortas y sin piercing.
Informamos esto debido a la observación que el día jueves cuando estuvo el señor supervisor nos hizo a través de la señora Regente para los preceptores quedando ustedes debidamente notificados.
—Hola profe! Cómo está! Esto está en algún lado como oficial? O solamente es el servicio militar? Porque parece que le ponen más énfasis en cómo van los niños (cómo se ven) que en controlar lo del estudio. Otra vez cacería de brujas? A mi hijo lo tenían a tras perder con el pelo, que en controlar si iba a la escuela, presentaba trabajos, etc. La verdad que no me parece. Tampoco es que defiendo que vayan desastrosos los niños, pero no los dejan ser.
Carta dirigida a los estudiantes en general, quienes son nuestra principal razón de ser en la escuela.
Mi nombre es Antonio Iacopino DNI 20.695.506. Docente titular en la cátedra de inglés en la Escuela Agrotécnica Cornelio Saavedra. Paso aquí a contarles que egresé de la E.N.E.T Nro. 1 Pte. Derqui, escuela técnica secundaria, en diciembre de 1987. Muy probablemente ustedes no se olvidarán hasta el día que mueran, el triunfo de la selección nacional en el Mundial de Fútbol del 2022, con Scalone como D.T., Messi luciendo la 10, Dimaria, Montiel, Dibu Martinez, etc. nombres que difícilmente jamás se borren de sus memorias. Del mismo modo, para nuestra generación, el Mundial 78 que además de ganarlo, se jugó en nuestro país, fue un evento por siempre imborrable. De la misma manera serán imborrables nombres del flaco Cesar Luis Menotti como director técnico, Mario Alberto Kempes con la 10, el pato Fillol de arquero, Tarantini, Pasarella, Bertoni, etc. Pero igualmente inolvidable para mí y muchos otros, será la cara del General Massera dando los infames “comunicados” por la televisión.
El primero en dirigir la junta militar durante la última dictadura en nuestro país fue Jorge Rafael Videla. No obstante, pero en mi registro de niño quedó más marcada la cara cuadrada de Massera ya que para ese entonces entendía un poquito mejor las cosas. La dictadura militar tomó control de las principales instituciones de nuestro país, a saber, poder judicial, poder legislativo y poder ejecutivo, los medios de comunicación y mucho más desde 1976 hasta 1983. Fue durante esos años, en 1978, se jugó el Mundial. Para ese entonces, yo cursaba 5to grado de la escuela primaria y ya en ese momento pude experimentar un profundo sentimiento opresivo que se esparcía como una niebla densa y oscura en nuestra sociedad. Mi primaria la hice en una escuela privada católica, por lo tanto, más allá de las ocasionales evacuaciones de la escuela porque recibíamos algún llamado sobre un posible atentado de bomba en el edificio (y en esa época no siempre era una broma), no recuerdo otros incidentes. Al finalizar la primaria, empecé a sentir que ni lo privado ni lo católico eran lo mío, y me atraía la idea de cursar la secundaria para terminar con un posible oficio o con los conocimientos prácticos que ofrecen las escuelas técnicas. Así que hablé con mis padres y decidí hacer mi secundaria en una escuela pública que ofrecía el título de Maestro Mayor de Obras, así como ustedes reciben el título de Técnico Agropecuario. Consecuentemente, mi adolescencia rebelde me agarró bien entrada en la era de la dictadura militar en un entorno completamente nuevo para mí. Prontamente en mi nueva escuela reemplazaron al director por un ex-militar el cual pretendía manejarnos como soldados. La atmósfera no estaba para bollos ni para hacer pasteles, en esos momentos los escuadrones paramilitares agarraban a la gente, estudiantes, profesores y disidentes de todo tipo a quienes consideraban una amenaza a las ideas del Proceso de Reorganización Nacional para luego, muchas veces, asesinarlos en centros clandestinos y hacerlos “desaparecer.” (les recomiendo que miren la película argentina ganadora del Oscar “La Historia Oficial”). Durante esos días, varios de nuestros compañeros, mi hermano y yo formamos parte en manifestaciones sobre hechos que considerábamos injustos en la escuela, sin realmente saber lo riesgoso que esos actos de rebeldía adolescente podían ser (les recomiendo también que miren la peli “La noche de los lápices”). Por otro lado, la guerra de Las Malvinas tomó lugar en 1982, todavía con la dictadura al gobierno, cuando yo cursaba segundo año de la escuela secundaria. Para el momento que recuperamos la democracia, 10 de diciembre de 1983, yo estaba con casi 15 años por empezar tercero. Irónicamente, la dictadura empezó en marzo de 1976 y terminó en diciembre de 1983, justo cuando empieza y termina el ciclo lectivo. Posiblemente para dejarnos alguna que otra lección. Espero las podamos aprender!
Con el advenimiento de la democracia, el miedo aún regía las calles, los militares aún caminaban impunes, las comisarias seguían siendo un lugar para tenerles mucho miedo y los gendarmes no eran gente de confiar. La atmósfera no estaba impregnada de libertad, pero si, sobre todo entre los jóvenes, se respiraba una profunda rebeldía y unas tremendas ganas de encontrar nuestra identidad. (Les recomiendo que miren la película “Argentina 1985” para ver como se vivía después dos años de la llegada de la democracia).
Fue para ese entonces que se despertó en mi el amor al rock, en aquellos días teníamos el rock de plástico comercial, como ahora tienen el reggeaton, pero también teníamos el rock de protesta. El tano Piero cantando “Coplas de mi país”, “Para el Pueblo lo que es del Pueblo.” Charly Garcia sacó el tema “Los Dinosaurios” en 1983 y “Demoliendo Hoteles” en 1984; Serú Giran cantaba “Alicia en el país de las maravillas”, “La grasa de las capitales”; Sui Generis cantaba “Botas Locas,” “Aprendizaje” y muchos más hacían letras conmovedoras.
Pero de todos, mi favorito siempre fue Miguel Cantilo. Su poesía y sus melodías fueron un bálsamo y un faro iluminando el camino. Como me gustaría que escucharan algunas de esas letras… “La marcha de la bronca” de Pedro y Pablo se transformaron en un himno. Aquí les comparto solo un pedacito del tema:
Los que mandan tienen este mundo
Repodrido y dividido en dos
Culpa de su afán de conquistarse
Por la fuerza o por la explotación
Bronca pues, entonces, cuando quieren
Que me corte el pelo sin razón
Es mejor tener el pelo libre
Que la libertad con fijador
¡Marcha!, un, dos
No puedo ver
Tanto desastre organizado
Sin responder
La voz ronca
De bronca, de bronca…
Bronca sin fusiles y sin bombas
Bronca con los dos dedos en V
Bronca que también es esperanza
Marcha de la bronca y de la fe…
Por consiguiente, no puedo entender como a estas alturas de nuestra historia tenemos que estar discutiendo o luchando contra la imposición de modas o pautas culturales arbitrarias en nuestras escuelas. Con lo importante que es abrirse y abrazar la diversidad cultural e ideológica, al igual que es el desarrollar equidad e inclusión para lograr mayor tolerancia y amor, especialmente entre los jóvenes; con lo relevante de reconocer el legado de nuestros pueblos originarios, incluso de nuestros gauchos y de los grandes guerreros de nuestra historia; incluso sabiendo que personalidades como Jesucristo, todos usaron el pelo largo. No obstante, ciertos sectores de nuestras instituciones siguen aferrados a patrones obsoletos y contraproducentes. La misma palabra “chascon” viene del idioma quechua, que significa pelo largo despeinado. De hecho, La palabra chasca, en Quechua, también significa estrella y miren lo poético de las hipótesis sobre la relación entre la estrella y el pelo despeinado. Una hipótesis lo relaciona con el pelo estrellado, y por tanto despeinado, otro con que estar despeinado es estar hermoso, como la estrella, y otra con el
planeta Venus, que al reflejarse en el agua se multiplican los haces de luz, como un pelo enmarañado.
Concluyendo, en mi opinión, la escuela debe ser un espacio donde los jóvenes encuentren la posibilidad de expresarse y desarrollarse libremente en un entorno seguro. Donde aprendan el sentido de la responsabilidad y el respeto. Aprender para la vida. Un lugar donde cada uno debe ser responsable, higiénico, amable pero también donde aprende a exigir sus derechos si cumple con sus deberes y obligaciones como estudiantes y/o ciudadanos. La escuela es el espacio donde ejercitamos como los derechos de uno terminan donde empiezan los derechos de los demás. Por consiguiente, no se entiende que derecho está atropellando al prójimo un alumno o docente masculino al llevar el pelo largo, o un chica o un chico con pelo suelto, trenzas, cabellos parados, coloreado o con rulos. Mientras lo lleve limpio y libre de liendres no debería representar una amenaza ni un ataque a nadie. ¿Qué pasará cuando tengamos un joven trans caminando en la escuela, un homosexual, un africano, o una musulmana?
Todo esto tiene mucha mayor relevancia en la vida de un pueblo pequeño donde las mentes suelen ser más cerradas debido al aislamiento con las grandes urbes donde se encuentran diferentes estilos, costumbres, modas, tendencias, religiones, etc. Si no permitimos a los estudiantes que se expresen libremente en sus años formativos, no solamente los estamos privando de un derecho necesario para formar su propia imagen y autoestima, sino que además estamos formando seres prejuiciosos que tendrán mayor dificultad en el futuro para poder aceptar a las personas que tienen una apariencia diferente a la que ellos han visto al formarse. De ese modo quizás podrán perderse las oportunidades de conectarse con personas que podrían beneficiarles, simplemente por pensar que son raros o que no siguen las pautas sociales que les han sido impuestas a ellos durante su formación. Muy por el contrario, siento que deberíamos alentar a los chicos y chicas que se animan a ser diferentes, originales o que se destacan del resto, en especial en un entorno rural.
El cuerpo es propiedad única del ser que lo habita y de nadie más. Y en el caso que una madre, padre o tutor ejerza la potestad sobre un menor: ¿no es suficiente con que esa persona consienta y permita la vestimenta o decoración que el menor quiera usar mientras sea decorosa y no falte al respeto y las buenas costumbres? ¿Qué tanta facultad puede tener el Estado o una escuela pública, por sobre el permiso de los padres? En otras palabras, si los padres autorizan al menor a usar maquillaje o piercing, ¿será que las autoridades escolares saben más que los padres sobre lo que es bueno para sus hijos o hijas? Si el argumento es que a la escuela no se viene solo a estudiar sino a aprender valores: ¿Qué valores estamos transmitiendo al hacerles acatar órdenes sin darles explicaciones lógicas, claras y concretas a los jóvenes? ¿No es acaso que queremos que la escuela sea un modelo de las instituciones democráticas donde los estudiantes construyen su ciudadanía como seres pensantes y autónomos? O por el contrario, estamos inculcando valores como la obediencia desconforme y el acatamiento silenciado, lejos de los valores necesarios para construir una democracia real, a saber: autodeterminación, aserción, libertad, justicia, tolerancia, pluralismo, la participación, la comunicación transparente, etc. Posiblemente algunos argumenten que estos puntos son todos una hipérbole, ya que lo único que se pretende es: “que los chicos sean normales,” pero lo que es normal para un directivo de 60 años, puede que no sea normal para un padre de 30, o para quien pertenezca a una cultura o religión diferente, o simplemente que no comparta el mismo sentido de la estética. ¿Quién decide entonces la norma en cuanto a la apariencia? Ya lo sentencia el aforismo: “Sobre gustos no hay nada escrito.” Otros argumentan que si dejamos a uno que use un piercing los demás van a querer usarlo y todo se va a descarrilar en la escuela. ¿No será esa la hipérbole? ¿No serán los miedos irracionales que están motivando estas decisiones arbitrarias? Y si una nueva tendencia aparece, ¿qué fuerza tenemos o que racional usamos para detenerla? ¿Cómo hacer para que los jóvenes no se corten el cabello como los jugadores de fútbol? ¿Es bueno que todos vengan con el mismo corte de pelo que tiene Dibu Martinez o debemos evitarlo? Y los jugadores de fútbol también se lo tiñen, y ahí vienen nuestros chicos con el pelo teñido. Y los jugadores están llenos de tatuajes…Entonces ¿vamos detrás del pobre alumno que viene con el pelo largo o color violeta o detrás de las estrellas de fútbol? O mejor nos preocupamos para que sepan navegar estos tiempos de cambio, y que no se vuelvan ni ovejas que siguen la majada de los jugadores o las celebridades, ni la manada de la institución. Siento que es relevante y necesario transmitirles a los jóvenes la confianza en si mismos y el espacio necesario para que puedan incursionar en sus propios gustos e intereses, alineados con sus propias esencias, cultura autóctona o adoptada, que expresen su originalidad y abracen las diferencias con sus semejantes. Pero siempre serán los menos los que se animen a cruzar esas fronteras y esas minorías se vuelven las más vulnerables y el blanco de ataque.
No obstante, es entendible exigir higiene, sobre todo si se manipulan alimentos en las actividades prácticas, usando una cofia y recogiéndose el cabello. Es entendible si se desea preservar la seguridad física y no permitir aretes grandes durante la práctica de un deporte de contacto. Posiblemente haya otras consideraciones entendibles a tener en cuenta en relación a la vestimenta y apariencia física. Pero no es entendible determinar el color, el largo o estilo del pelo; el uso de piercing decorativos, el uso de tatuajes y cualquier otro tipo de decoración personal.
Por lo tanto, la única explicación que encuentro para exigir el cumplimiento de estas normas es la implementación de un sistema de control autoritario que ninguno de los chicos realmente entiende; un sistema desconectado de la realidad que ellos ven por sus redes sociales y en el mundo real fuera de la escuela. Cortarle el pelo y exigir uniformidad de vestimenta y apariencia física no es más que una táctica en encubierto de despersonalización e imposición de autoridad. De hecho, lo primero que se le hace a un conscripto o un aspirante a policía o cualquier fuerza es sacarle el poder de mostrar su propia originalidad rasurándolo, para paulatinamente hacer de ellos sujetos capaces de acatar ordenes sin ningún tipo de cuestionamiento. Pero este no es el caso. Nosotros pretendemos justamente lo contrario. Aspiramos a formar personas con sentido crítico, jóvenes que se sientan libres y al mismo tiempo responsables, educados, limpios, amables, generosos, incluso coloridos, innovadores y originales. Sumadamente, forzar a nuestros alumnado a actuar en contra de sus propio juicio sin darles fundamentos reales, es una manera de criminalizarlos y hacerlos sentir culpables innecesariamente. Muchos chicos vienen con bandanas hasta cubrirse las orejas y gorras velando su apariencia como si estuvieran haciendo algo realmente malo. Escondiéndose, ocultándose del hostigamiento de los adultos, preceptores, directivos e incluso de otros compañeros. ¿Qué es esto sino una forma de bullying institucional? Salvando la distancia, para mí, es en pequeña escala una forma de “terrorismo de estado” ya que la escuela y sus autoridades como organización de mayor jerarquía y completo poder sobre la persona (en especial un menor) le exigen un comportamiento y apariencia en contra de su propia voluntad. No olviden que cortar el pelo fue por siglos un modo de humillar a los enemigos, de despejarlos del poder, tal como lo expresa la historia de Sansón en el libro de los jueces en la Biblia.

Con esto les termino de contar mi historia en la escuela secundaria, donde egresé con las mejores notas de mi camada pero imposibilitado de llevar la bandera porque decidí asistir al acto de fin de año con mis chascas largas y sueltas, mis botitas Topper blancas, mis pantalones a cuadro, bien limpito y orgulloso, con padres que me apoyaban y me querían, con amigos y docentes que me respetaban pero con autoridades de mentalidad obtusa y mezquina. Paradójicamente, tuve el honor y el orgullo de dirigirme a toda la escuela dando el discurso de despedida de nuestra promoción resaltando lo mismo que vengo a resaltar aquí: Los valores internos por encima de las apariencias externas, el contenido por sobre las formas y por sobre todo, la libertad de expresarnos y encontrarnos a nosotros mismos en el lugar y con la apariencia más cómodas en la vida para poder desarrollarnos dignamente, en paz y en permanente búsqueda de la felicidad.
Con afecto para todos y con los deseos sinceros que consideren los puntos arriba mencionados para el bien de nuestros estudiantes y para que juntos trabajemos para formar una sociedad más justa, libre y tolerante.
Atentamente,
El profe Mr. Antonio Iacopino
antonio.iacopino@gmail.com

genio total
aplausos de pie hermosas palabras llenas de sabiduría, simplemente gracias
Que lindas palabras , más si son del profe