
Un joven llamado Julián se aventura a explorar una casa abandonada y embrujada en un pueblo rodeado de montañas. La casa tiene una atmósfera oscura y misteriosa que intriga a Julián. Al entrar, siente un ambiente extraño y oye ruidos inexplicables que lo hacen sentir incómodo.
A medida que explora la casa, llega al piso superior y encuentra un espejo que refleja la imagen de una mujer triste y con ojos vacíos. La mujer le habla y le dice que no puede irse, y Julián se queda atrapado en la casa.

Al día siguiente, la puerta de la casa está abierta, pero Julián ha desaparecido sin dejar rastro. Algunos habitantes del pueblo dicen que se puede ver a Julián en el espejo, junto a la mujer, como si estuviera atrapado en un mundo paralelo. La gente del pueblo comenta que Julián parecía estar bajo un hechizo, y que su desaparición es un misterio que nunca se resolverá. La leyenda de la casa embrujada se mantiene viva, y muchos se preguntan qué sucedió con Julián, si fue víctima de la casa o de sus propios miedos.