
En el día de ayer, la Escuela Agrotécnica
Cornelio Saavedra, realizó con gran orgullo la primera siembra de quínoa,
marcando un hecho histórico para la institución y la comunidad educativa.
Esta iniciativa surge como un Proyecto, que integra los espacios
curriculares de Cultivos Industriales, organización y gestión, Producción de
Forraje y Producción de Semilla, con el objetivo de producir y comercializar
semillas de quinoa destinadas a diferentes usos: industrialización, consumo
alimenticio y elaboración de forraje.
Los docentes José Raúl Vallejos, Marcela
Aguilera, Nieves Quilpatay, Celina Godoy, Javier Pizarro y Yanina Aguilera
llevan a cabo este proyecto, que busca promover la diversificación productiva y
fortalecer la formación técnica de los estudiantes. La actividad contó además
con la colaboración de la Jefa de A.E.R Iglesia ING. Georgina Lemole, quien
brindó su asesoramiento técnico y donó las semillas para concretar la siembra.
La práctica incluyo en la preparación del
terreno un método tradicional de arado
tirado por un mular, con un sistema de siembra directa a chorrillo. En este
proceso los alumnos de 5°, 6° y 7 año
participan activamente en cada etapa, desde la preparación del suelo y todo lo
que implica el manejo del cultivo. Este método no solo conserva las raíces del
trabajo rural, sino que también fomenta el respeto por las técnicas
sustentables y el valor de la producción manual.
El objetivo final del proyecto es obtener
una producción de semillas de calidad que permitan, además de su
comercialización, el aprovechamiento integral del cultivo. Los granos podrán
destinarse a la industria alimentaria por su alto valor proteico, contenido en
aminoácidos esenciales, minerales y fibra, mientras que los residuos y
rastrojos se utilizarán para la producción de pellets forrajeros, contribuyendo
a la alimentación animal y al aprovechamiento sustentable de todos los
recursos.
La quinoa se destaca por ser un cultivo
andino de gran valor nutricional, rico en proteínas, hierro, calcio, fósforo y
vitaminas del grupo B y E. Su versatilidad permite su uso tanto en la
alimentación humana (harinas, sopas, galletas, barras energéticas, bebidas)
como en la producción agropecuaria, gracias a su capacidad de adaptación a
suelos áridos y salinos.
De esta manera, la Escuela Agrotécnica
Cornelio Saavedra reafirma su compromiso con la educación productiva, la
innovación y el desarrollo sustentable, integrando el aprendizaje técnico con
proyectos que promueven la autosuficiencia, el trabajo cooperativo y la
valorización de los recursos locales.


