
Es importante el tiempo libre de lo que solemos pensar todos. No es simplemente como la mayoría dice que es “no hacer nada”, si no es un espacio que nos permite recuperar fuerzas, equilibrar la rutina y cuidar de nuestra salud mental y emocional. En una vida llena de obligaciones, estudiar, trabajar o cumplir con distintas responsabilidades en hábitos diferentes, es fundamental reservar momentos para uno mismo.
A veces siento que la vida es como un bumerán lo que hacemos, tarde o temprano vuelve a nosotros. Me propongo darme tiempo libre para todo lo que quiero y debo hacer, pero muchas veces termino exigiéndome demasiado. Por ejemplo, cuando nos dan pruebas o trabajos, o antes de la semana de la recuperación, me esfuerzo al máximo porque quiero que todo salga perfecto en todas las materias. Sin embargo, ese nivel de autoexigencia me lleva a pensar y preocuparme tanto que termino acumulando estrés, hasta llegar al punto en el que exploto y por donde continuar ni que prioridades tomar. En esos momentos incluso lloro del agobio de querer que todo esté bien y no darme, al mismo tiempo, un espacio para descansar y relajarme. Debo entender que tengo que cargar y priorizar con mis responsabilidades y no cargar problemas o responsabilidades de otros que realmente no son míos.

Es ahi donde me doy cuenta de que necesito valorar mas mi tiempo libre. No es un lujo, es una necesidad. Por eso hay que aprovechar el tiempo de forma positiva puede marcar la diferencia en nuestro bienestar. Simplemente leyendo un libro, escuchar música, prácticar un deporte, bailar o cantar, pasar tiempo con amigos o simplemente descansar ayuda a dejar de pensar, reducir el estres y la preocupacion un rato de todo lo que tenemos que hacer o presentar. Además, estos son los momentos son los que muchas veces nos dan creatividad y motivación para rendir mejor en nuestras distintas actividades.
Valor el tiempo libre es también entender que no todo en la vida es producir o correr contra el reloj. También es disfrutar de la vida, de los momentos, de vivir experiencias inolvidable o simples, y darle espacio a lo que nos gusta o nos calma y también necesitamos tiempo para nosotros mismos y disfrutar como somos y por lo que que somos, porque sin ello la vida se vuelve solo rutina y cansa.