
Últimamente, escuché cosas que me dejaron con un nudo en el pecho. Personas de esta misma institución, compañeros, conocidos, incluso algunos que creí siempre fuertes, diciendo en voz baja… o en silencios demasiado largos… que no dan más.
Que están cansados, que sienten que todo les pesa, que ya no tienen ganas, que nada los motiva, que el presente les duele y el futuro les da miedo. Y por eso escribo esto, porque me parte el alma escuchar frases como: “Estoy cansado de fingir que estoy bien”, “No sé qué me pasa, pero no quiero seguir así”, “Siento que si desaparezco, nadie lo notaría, y si alguna vez vos también lo pensaste… esto es para vos.
No te conozco del todo, no sé por lo que estás pasando, pero sé lo que se siente estar vacío por dentro mientras todos te ven sonriendo, sé lo que es mirar al techo de noche, con mil pensamientos que no paran, deseando apagarlo todo solo por un rato, sé lo que es tener miedo… a fracasar, a decepcionar, a no ser suficiente. A veces hasta el acto más simple “levantarse de la cama, mirarse al espejo, rendir una materia, o simplemente afrontar el día” puede parecer una batalla enorme.
Quiero que sepas esto, de corazón: No estás solo, no estás sola, por más que lo sientas así, hay gente que te quiere, que te necesita, que no sería igual sin vos. Está bien no poder con todo, está bien quebrarse, no sos débil por estar agotado. Sos humano, y como humanos, necesitamos a otros, necesitamos hablar, gritar si hace falta, llorar, pedir ayuda, porque el dolor se hace más llevadero cuando se comparte.
Vivimos en un mundo que a veces exige demasiado, que nos presiona, nos compara, nos hace sentir que no somos suficientes si no rendimos, si no somos “exitosos”. Pero la verdad es esta: el simple hecho de seguir luchando cada día ya te convierte en alguien valiente, a vos, que estás pensando en rendirte, te lo digo sin rodeos: Por favor, no lo hagas, no tires la toalla, no sabés cuántas cosas hermosas te esperan todavía, cuántas personas nuevas vas a conocer, cuántas versiones de vos todavía no descubriste, no dejes que este momento este dolor defina toda tu historia.
Los días más oscuros terminan, incluso las tormentas más fuertes pasan, y cuando eso suceda, vas a mirar atrás y te vas a sorprender de todo lo que lograste simplemente por no haberte rendido. Hoy, tal vez no lo veas, hoy tal vez todo se sienta nublado. Pero hay un mañana que te está esperando, con nuevas oportunidades, con nuevas sonrisas, con abrazos que todavía no diste, con personas que te van a querer por quien sos.
Y si, hoy solo podés dar un pequeño paso, está bien, lo importante no es la velocidad, sino no detenerse, pedí ayuda llamá a un amigo hablá con alguien, grita si hace falta. Pero no te calles, tu voz, tu historia, tu vida… valen mucho más de lo que imaginas.
A veces, lo único que necesitamos es que alguien nos recuerde que todavía hay esperanza, que no estamos solos, y que lo mejor puede estar por venir. Así que, si hoy estás leyendo esto y te sentís al borde… Quedate, viví, luchá, porque, aunque vos no lo sepas aún… El mundo sería un lugar mucho más triste sin vos.
No te rindas, el mundo aún no ha visto lo mejor de vos. Y aunque hoy solo veas oscuridad, recordá que incluso la noche más larga termina cuando amanece.